Un estudio muestra que el 27% de los puestos de trabajo españoles supera los límites de radón establecidos por la OMS
El radón es un gas de origen natural que se produce a partir de la desintegración radiactiva natural del uranio, que está presente en suelos y rocas. En 1988, la Organización Mundial de la Salud lo declaró carcinógeno humano, segunda causa más importante de cáncer de pulmón después del tabaco. Siguiendo sus directrices, la Unión Europea promulgó en 2014 una Directiva que establecía los 300 becquerelios por metro cúbico (unidad para medir la actividad radiactiva) como umbral de concentración de radón en viviendas y lugares de trabajo.
Ahora, se acaba de publicar en la revista GACETA SANITARIA un estudio fruto de una colaboración entre ISTAS (de CCOO) y el Área de medicina preventiva y salud pública de la Universidad de Santiago de Compostela. Tras medir la concentración de radón en 248 lugares de trabajo en Galicia, Castilla y León, Comunidad de Madrid, Baleares, Cataluña y Castilla-La Mancha, ha detectado que el 27% superaban el límite de 300 Bq/m3 en 2016 y 2017, apenas unos meses antes de febrero de 2018, la fecha límite para aplicar la nueva directiva europea pero que el gobierno español todavía no ha implementado.
La investigación revela importantes diferencias entre las distintas regiones españolas. Así, Galicia es, de lejos, la comunidad autónoma con mayores concentraciones de radón en sus puestos de trabajo, con una media de 251 Bq/m3. De los 126 puestos de trabajo analizados en esta región, el 46% presentó concentraciones de radón superiores a los 300 Bq/m3. Le sigue Madrid, con una media de 61,5 Bq/m3 y con un porcentaje del 10,6% de puestos de trabajo con niveles superiores a los límites legales (11 de los 103 puestos analizados).
De esta manera, el estudio determina que el 19% de los 640 trabajadores que participaron en esta investigación estaba expuesto a concentraciones de radón superiores a los 300 Bq/m3 y que el 6,3% lo estaba a niveles superiores a los 500 Bq/m3. Por sectores, se observa que el entorno de la salud es uno de los que presenta mayores concentraciones de radón (el 37% supera los 300 Bq/m3), seguido de la administración pública (23,5%), el sector privado (22,7%) y la educación (22,6%), mientras que solo el 6,9% de los puestos relacionados con el turismo supera los límites legales.
Por último, el trabajo también ha observado notables diferencias en función del material de construcción empleado en los edificios. Así, las construcciones realizadas exclusivamente con paredes de ladrillo presentan una concentración media de radón de 92 Bq/m3, mientras que cuando la piedra es el material de construcción interior, los niveles ascienden a una media de 379 Bq/m3.
Así pues, el estudio revela que las concentraciones de radón en los lugares de trabajo españoles son elevadas, particularmente en las zonas propensas al radón y en edificios antiguos. La investigación ha servido para que Comisiones Obreras elabore y distribuya un folleto informativo a todos los representantes de las distintas regiones. Los autores y autoras advierten de la necesidad de desarrollar un Plan Nacional de Radón, que está presente en muchos de los países de la Unión Europea. Finalmente, cabe indicar que ya hay países como USA o Irlanda, que consideran como niveles límite valores inferiores a los considerados por la Directiva Europea.
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