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Profesionales de la salud identifican prácticas clínicas de poco valor en hospitales

Repetir estudios de imágenes diagnósticas por migrañas o dolor de cabeza sin cambios en los síntomas, usar antipsicóticos como primera opción para tratar los síntomas de la demencia o prescribir benzodiacepinas para el tratamiento del insomnio crónico como primera opción en ancianos. Son algunas de las prácticas clínicas de poco valor reconocidas internacionalmente y que ahora acaban de ratificar 169 médicos de 25 especialidades del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona en un estudio publicado en la revista GACETA SANITARIA.

Las prácticas clínicas de poco valor son aquellas con poco beneficio clínico que pueden perjudicar a los pacientes o desperdiciar recursos. La base de datos en línea DianaHealth.com recopila intervenciones de atención médica consideradas de bajo valor por varias iniciativas mundiales y algunas recomendaciones para abordarlas. Ahora, un grupo del CIBER de Epidemiología y Salud Pública y del Hospital Universitario Vall d’Hebron ha querido conocer la opinión de sus profesionales médicos y quirúrgicos sobre las prácticas de poco valor con el objetivo de identificar aquellas que posiblemente están presentes en el hospital y las barreras y los facilitadores para reducirlas.

De las mas de 2.500 recomendaciones que incluía en el momento del estudio la web DianaHealth.com para reducir las prácticas clínicas de poco valor, los investigadores seleccionaron 134 intervenciones aplicables en el Hospital Vall d’Hebron. El 49% de las recomendaciones se correspondían con pruebas de diagnóstico, el 40% se referían a terapias farmacológicas y el 12% a terapias no farmacológicas, incluyendo la cirugía y la fisioterapia. Más del 70% de los profesionales sanitarios de este centro hospitalario de Barcelona se muestra de acuerdo con estas recomendaciones y las considera útiles o muy útiles.

En 22 de las 134 recomendaciones seleccionadas en el estudio (16%), se identificaron prácticas clínicas de poco valor posiblemente presentes en el hospital. Además de las mencionadas anteriormente, se identifican, por ejemplo, la prescripción de inhibidores de la bomba de protones (Omeprazol) como protección gástrica en pacientes sin factores de riesgo por complicaciones gastrointestinales, realizar análisis de sangre de forma rutinaria sin indicaciones clínicas específicas o mantener niveles profundos de sedación en pacientes críticos sin una indicación específica.

Además, el estudio realizó grupos focales con profesionales del mismo centro hospitalario e identificaron otras siete prácticas de poco valor: el uso rutinario de marcadores tumorales en la monitorización del cáncer, el seguimiento redundante de un paciente, a partir de dos o tres especialidades diferentes, el uso rutinario de las pruebas de estrés en pacientes con enfermedad coronaria estable, el uso rutinario de la prueba de coagulación antes de una cirugía menor, el uso excesivo de ungüentos y vendajes en el cuidado de heridas, el ayuno prolongado antes de la cirugía y las radiografías de tórax rutinarias tras la cirugía torácica.

La principal barrera a la hora de reducir las prácticas de poco valor clínico que identifican los profesionales del Hospital Vall d’Hebron es la medicina defensiva, sobre todo en las especialidades médicas. Una barrera cuyo origen se encuentra en la comunicación entre médicos y pacientes, ya que el diálogo se ha vuelto más complejo debido al mayor conocimiento de los pacientes. “De esta manera, aunque determinadas prácticas puedan ser consideradas innecesarias por los profesionales sanitarios, por otro lado contribuyen a generar confianza entre médicos y pacientes”, afirman los autores en el trabajo.

El escepticismo debido a la excesiva y contradictoria evidencia científica es otra importante barrera identificada por los profesionales de este hospital universitario para poder luchar contra las prácticas clínicas de poco valor. A su vez, estos profesionales consideran imprescindible el trabajo en equipo para vencer la resistencia al cambio de algunos individuos. Aconsejan más consenso y un mayor flujo de información en lugar de instrucciones de arriba hacia abajo de forma jerárquica e implicar más a los pacientes en la toma de decisiones.

Referencia bibliográfica
Dimelza Osorio et al. Healthcare professionals’ opinions, barriers and facilitators towards low-value clinical practices in the hospital setting. Gac Sanit. 2019. Disponible en: http://gacetasanitaria.org/es-healthcare-professionals-opinions-barriers-facilitators-avance-S0213911119300068?referer=buscador

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